por Paloma Contreras.
Son las ocho y media y el show aún no comienza. Miramos impacientes la hora, porque se supone que hace treinta minutos Stephen Malkmus y su banda, The Jicks, ya deberían estar en el escenario. Pero al ver hacia atrás, entendemos. Al voltear nuestras cabezas, notamos el lugar que hace menos de diez minutos estaba semi-vacío se comienza a llenar. Sí, los músicos aparecieron tarde. Pero la gente también. Y estos últimos vaya que se demoraron.
Pero luego, se bajan las luces y aparecen de tras el escenario los cuatro músicos que nos deleitarán esta noche: Stephen Malkmus en la guitarra principal, Mike Clark como tecladista y guitarrista, la bajista Joanna Bolme y tras la batería, Jake Morris.
Stephen Malkmus fue el lider de Pavement, banda que surgió en los '90 y que se destacaba por su forma 'honesta' de tocar: no abusaban de los arreglos ni hacían construcciones redundantes. A lo largo del concierto, Malkmus nos demuestra que parte de esa versatilidad tenía mucho que ver con él: vemos como sigue tocando a pesar de que se le rompe la cuerda de la guitarra y en otra ocasión se le cae el micrófono; su carisma hace que nos olvidemos de eso. El fiato que tiene con su banda, los Jicks, es también increíble. Más que ser solo 'la banda de Stephen Malkmus', derrochan alegría, confianza y les perdonamos sus errores, porque ellos también perdonan los nuestros. La música que han desarrollado tiene múltiples quiebres dentro de las canciones que pareciesen ser el fin de estas y la reacción inmediata del público es de ponerse a aplaudir, lo que desata las risas de todos. Los puntos altos en este ámbito son, por ejemplo, la energía de Jake Morris, quién parece un niño feliz con juguete nuevo: no deja de reírse, lleva los ritmos de manera precisa y rápida. Joanna es, aparte de muy talentosa con el bajo, una mujer muy graciosa. Sin embargo, el más destacable es Mike Clark: pasa de la guitarra al teclado sin asco, se tira al público, toca desenfrenadamente y vuelca toda su energía sobre un público agradecido que le celebra todas sus gracias.
Malkmus tiene alma, también. Nos hace reír mencionando a bandas que no deberíamos ir a ver, nos pregunta si hay alguien de cierto país y al responderle que no manifiesta que 'es muy bueno, porque estaba a punto de hablar porquerías de ellos'. El desenfado con el que se relaciona con el público hace el ambiente completamente distendido.
El setlist se basó principalmente en canciones de 'Mirror Traffic', el último disco de la banda, que fue lanzado el 2011 y producido por el también famoso músico Beck Hansen. 'Stick figures in love', 'Senator' y 'Tigers' -tema con el que abrieron el concierto- sonaron especialmente bien instrumentalmente, aunque un problema repetido fue el bajo volumen de la voz de Stephen, que pidió un par de veces durante el concierto que arreglasen ese pequeño detalle. De todas formas, eso no fue impedimento para que la gente saltase y corease las canciones, haciendo que durante la presentación el mismo cantante diese las gracias al público por esto. En el repertorio también se incluyeron temas de sus otros discos tales como 'Jenny & The Ess-Dog', 'Animal Midnight' e incluso temas nuevos, como 'PR Tomb'. El show de la banda se sostuvo sin tener que recurrir al cliché de rellenar con temas de la 'banda famosa'. Es por eso que uno de los puntos altos de la noche fue definitivamente cuando volvieron a hacer el encore. Pavement fue una banda icónica y en su reunión, el 2010, no pasaron por Chile, así que cuando suenan los primeros acordes de 'Stereo', el lugar parece venirse abajo: Joanna menciona que es una canción que no habían tocado y que la habían aprendido 'solo para nosotros'. La gente aplaude, vitorea e incluso ríe mientras Malkmus le enseña el comienzo de la línea de bajo y Morris hace múltiples intentos de comenzar la canción. De la sorpresa pasamos bruscamente al revuelo y la excitación. La gente se sube al escenario y se tira para hacer crowd surf, algunos intentan acercarse a Stephen, Clark se tira del escenario y es recibido como un rock star de tomo y lomo. Lo es, realmente. Es usual escuchar en conciertos de los Jicks 'In the mouth a desert' -también cover de Pavement- pero aún así no hace menos bello ese momento. El concierto termina con un cover de The Wild Ones; 'Wild Thing', que cierra una velada memorable y que funciona como un tranquilizante para un acalorado público.
La Ex OZ, lugar que acogió este concierto, no estaba completamente llena, probablemente a tres cuartos de su capacidad total. Pero parecía no importar: quizás esta vez los que estaban no eran más que los que realmente querían estar.
Para ver más fotos del concierto, haz click acá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario